¡Gackt ha vuelto! O eso es lo que han pensado muchos después de hacerse de una u otra manera con el nuevo Single del artista (¿aún tenemos que referirnos a él como el exMalice Mizer?).
Love letter, el reciente disco de baladas que publicó Gackt dejó fríos a muchos fans (sin obviar que a muchos otros les encantó), y es que acostumbrados al alto grado de eclecticismo de sus anteriores discos, aparte del tono duro y a menudo metálico, un disco tan suave y calmado se puede hacer difícil de digerir.
De todas formas, Black Stone puede suponer cierta reconciliación con los decepcionados al tener un marcado toque de la vieja escuela de Gackt. De hecho, la cara A del Maxi Single tiene un regusto al desenfrenado Another World de su disco Moon.
Black Stone se convierte en el perfecto tema que cierra el paréntesis de las baladas (o temas románticos) debido al mencionado tono desenfrenado, un tema rozando el más moderno Punk-Rock americano, que tiene más de Pop que de Punk, y que invita al movimiento y a la despreocupación. En definitiva, un tema fresco y ligero sin demasiados matices pero que cumple en cierto modo la función que debería tener.
Ash parece seguir un norma que según muchos se ha dado en varios de los Singles de Gackt, las caras B ofrecen mucho más que las A, y acaban convirtiéndose en canciones más recordadas y valoradas que las que dan el título al Single.
A muchos, y entre ellos se cuenta un servidor, Ash les supone una mejor satisfacción, y se intuye como uno de esos temas sin fecha de caducidad y a los que se puede volver repetidamente sin llegar al hastío que un tema tan simple como Black Stone podría provocar. (aunque no olvidamos las cualidades de dicho tema).
Podríamos englobar Ash en los temas más contundentes y Metal de Gackt, entre ellos y como ejemplo Lust for blood o Mind forest. Una alargada introducción suave a base de guitarras acústicas y una tímida percusión que al rato dan paso a un fragmento más explosivo, aunque moderado a la vez. El esquema se repite a lo largo del tema hasta llegar a un final mucho más épico y potente, sustentado en las clásicas orquestaciones a los que nos tiene acostumbrado, y que se rompe para volver a ese mismo toque intimista del inicio.
Lo que más puede llamar la atención de Ash es esa especie de explosividad contenida, y es que no solo se mantiene la tensión en los fragmentos más suaves, a sabiendas de la próxima escalada de potencia, si no que una vez dentro de esos puntos álgidos la voz de Gackt se mantiene en una extraña calma, sin levantar demasiado al voz hasta que no llega el mencionado desenlace épico iniciado por un breve solo de guitarra.
Como ya hemos dicho, por un lado estamos de enhorabuena aquellos que echamos en falta un poco al Gackt más potente y que había adormecido un poco los ánimos con Love letter, Black lotus es un tema apropiado y Ash una interesante nueva vuelta de tuerca. La única pega quizás sea que el precio a pagar por el reclamado retorno sea precisamente que esa vuelta a lo conocido haya resultado demasiado familiar, valga la redundancia, y es que en lugar de intentar ir un poco más lejos, se queda demasiado prendado de ese aire de la vieja escuela de Gackt, y no ofrece demasiada novedad compositiva. De todas formas, bienvenido sea el Single de Black Stone, que bien merece una, dos y varias escuchas más.
